Al caminar
por las calles en estado etílico
sin pensar necesariamente en
sus rumbos
o división
de peligros
tuve un
intensivo presentimiento…
de que la
soledad
y las
blancas palomas de la ilusión
hicieron un
pacto con mi afonía y…
para brindar
a mi ser la paz…
dieron el
paso siguiente.
Convirtieron
al odio en algo sin armas sereno
no hubo
palabras para el quietismo
y no hubo
egoísmo en el placer… un garabato
en una hoja
de papel… eso era todo.
En la banca
de un parque senté
como un
cenit de lo soñado
sin pensar
en nadie escribí.
Es que la
inocencia no se nutre de los días...
es que ella
es un diafragma ansioso de luz
en verdad
nunca existe... no hay inocencia
solo falta
de sabiduría… repetía yo a las letras
como también
al eco regulador de una existencia
ahora la
pasajera en mí.
Repercutían
sus campanas y yo iba
a parar
desnudo en la iglesia
profanada de
mis adentros
No existe un
celibato para las letras
bajo ley de
hombres… ya están violadas
en los
mecanismos de las máscaras
y lo que uno
piensa… son de los bellos
diletantes triunfos
del fracaso.
Su nervio
que toca desbarata.
No existe la
inspiración perfecta
para un
constante desfigurado de presentes
serán las
letras… serás las letras
yo las
escribía con pasión una por una
serán estas
letras una yunta de bueyes
que aran
mentes… juntos tú y yo
una obra de
arte en el pasado de las efigies.
Todos los
callejones sin salida son
absurdos
celos de los senderos.
En el mundo
fantástico lo real aparenta
desmiente… y
reviste al gusano de seda.
El hermetismo de
la vida no disimula
¡ahora en la
hora! es la hora
que toda
insensatez que uno trae… despierte.
Mirar de
lado en las raíces de un ahora
sentir que
el futuro se nos cae de las manos
juntar esta
fuerza… hacer la vista gorda
e
ignorarnos… cuando el viento
voltea en
nuestro cuerpo… y el segundo
que en el
supuesto… nos traspasa.
La piedra no
es más una intención de la justicia
no es más un
motivo para la calumnia.
No hay
rehúsa… ya que el silencio habla
pues
confiesa sin soltar una palabra.
Al ritmo del
viento danza la muerte
en las hojas
de un árbol mueven sus brazos.
Es la verdad
de la vida que vaga
no hay más
pretexto ya que nada se salva.
Esta efímera
manía que no tiene más dominio
y que jacta
por momentos… me exonera
al ser yo su
muerte rehusada en mi
en ti… en él
nosotros de la supervivencia.
Es la
ejemplar lentitud heroica de un caracol.
Un maestro
que va tachando distancias
un genio que
jamás conoció de miedo
El refugio
es un soplo sacado de una costilla…
El casi
inadvertido caracol
un ser sin
dimensiones y senderos
estar en el
nunca jamás… no es aburrido
es un
peligroso abismo para el tiempo.
Este ser sin
queja y sin remedio levita
en la carga
de nuestra propia condena.
¿Por qué
precisamente tiene que ser así?
este
perfecto pantano aparente de lo incierto.
La contradicción se
sostiene en el equilibrio
punto
neurálgico de su frontera
¿¡Porqué!?...
de pronto me pregunté
La inocencia
es un suicidio colectivo
un camino
estrecho en la mejor alternativa
apogeo y
moral del adulterio.
Más las
blancas palomas de la ilusión
que murieron
en los parques…
atrevidas y
sin destino regresaron
igual que
una suma de restados destinos
No hay más
caracoles que hagan...
al ritmo de
las serpientes
los senderos y los pasos
Danzan sus miembros danzan
los senderos y los pasos
Danzan sus miembros danzan
líneas de
aguas
unen al
viento
y danzan las
cabezas de los guillotinados
No hay más
que dar en el más allá
únicamente
fue... lo que tiene que ser.
La lejanía
de todo fue y es...
solo un
paso.
4 comentarios:
la inocencia es un suicidio
un camino estrecho en la mejor alternativa...
que bueno volver a leerte!!
besos
una noción devorada de a pocos por el eter, en todo paraje de nuestra existencia con desgano aún, pero siempre termina desenmascarada.
un abrazo hermano, más que un gusto volver a leerlo, luego de esta ausencia demasiada.
para cualquier cosa mi correo esta en la parte superior de mi blog, seguimos en contacto.
La inocencia, de algún modo, siempre me ha parecido una sutil perversidad...
Abrazos
La inocencia y su vestido blanco, ajado, roído, cayéndose a retazos.
Mientras hay quienes observamos su candente marcha hacia la ventana y el abismo.
Un abrazo
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