POESÍA ESTANCIAL

Dirigido a los lectores que siguen esta página

Con mucho placer comunico, que en las direcciones en las cuales "experimento poeticamente" descubrí una fuente inagotable en la
hipótesis para mis trabajos. Ella me brinda la libertad necesaria para tratar temas, que a mi parecer, de muchas maneras ocupan un valor indiscutible en nuestras contradicciones, tanto e igual como en los diferentes estados psicológico- emocionales. Causas que nos afectan por razón de las variables naturales a los cuales estamos sujetos, y en consecuencia, medios que adjuntan a las aparentes respuestas sociales o filosóficas.
Por este motivo trascender y poner en duda al " Pienso, luego existo", recalcar al "Solo sé que nada sé", o poner incluso en duda al, "Ser o no ser". es para mí un atrevido reto.
Para decir, y afirmar luego que la única ley que sostiene al Todo Universal dice:
"Todo lo que es, deja de ser simultáneamente y es"

Sobre esta plataforma no existe condición permanente, y aquí es el arte, el que va desenmascarando a la armonía con sus ambiciones, a la destrucción con sus ambiciones, a la evolución como un constante juego de la duda... la optimación de estados, un legítimo impulso,
de sostener a determinados sistemas, como una fuerza, que trata de superar a otro sistemas, para afirmar en colaboración o en asimilación su espacio de supervivencia ... en conclusión, la inestabilidad de la perfección es la efectiva máquina... pequeña máquina del caos.
Desde el punto de la perspectiva cada aspecto tratado, es una duda, igual que la libertad que tiene el arte en su expresión de realzar o denunciar circunstancias tanto objetivas como subjetivas.
Sostener la realidad en las cuatro paredes de sus componentes, no significará que siempre estará ella, en esa composición esperada, sino, que puede estar en otras completamente contradictorias a las leyes de las ciencias conocidas; por este motivo el pintor, escultor,el artista audiovisual o ser humano cualquiera que se descubra y expresa lo que desea con su arte, tienen la capacidad de encontrar sendas, caminos, puertas, huecos, en las mutaciones que nacen de su inspiración.
Una prueba más de nuestra vinculación con los componentes energéticos que nos atraen o nos repelan
Pero, sobre todo el poeta, tiene una de las armas más efectivas para llegar hasta la médula misma de otros pensamientos, y esta es... la palabra, que independiza y navega; y crea estados emocional-visuales en personas que jamás el poeta mismo, sabrá siquiera de su existencia. Sin embargo este sistema de diferentes símbolos refugiados en las palabras despertarán en el lector diferentes imágenes y sentimientos, reacciones dimensionales que ocuparán un valor, únicamente para el afectado... si deja libre su abstracción.

"Todo lo que es, dejará de ser simultáneamente y es"

Este valor existe desde los más elementales sistemas hasta llegar a las más complicados e incomprensibles, así pues, de aquí en adelante que disfruten o disgusten de las bifurcaciones que yo haré con la serie "hipótesis".... cordialmente, Éclides

miércoles, 19 de septiembre de 2012

La fuerza del carácter y sus aspectos verídicos



El legado de Luna

La historia de una mujer, una secuoya y la lucha por salvar el bosque

¿Qué estarías dispuesto a hacer para proteger a tus seres queridos o al hogar que tanto te ha costado conseguir? Si una apisonadora amenazara con llevarse por delante tu casa, tras la aprobación de un nuevo plan urbanístico, ?te plantearías hacer una sentada para impedir que la derribaran? Muchas veces hemos visto escenas parecidas en la gran pantalla. Vecinos que se niegan a abandonar sus hogares, personas que emprenden desgarradoras huelgas de hambre... Ficción o realidad, acciones como éstas siempre dependen del grado de implicación y apego hacia esa pertenencia y del coraje que uno posea.

Queremos que nuestros hijos dispongan de parques y jardines donde jugar y respirar un poco de aire puro entre tanta contaminación urbana, pero, a pesar de este deseo, no se nos ocurriría nunca subirnos a un árbol para evitar que lo talaran. No consideramos a los árboles como una pertenencia valiosa, como nuestra casa, por la que debamos luchar. Pocos son, por tanto, los que emprenden acciones "diferentes" y comprometidas.

Julia Butterfly Hill es la excepción que confirma la regla. "Nadie tiene derecho a robar al futuro para conseguir beneficios rápidos en el presente. Hay que saber cuándo tenemos suficiente", afirma en El legado de Luna, su testimonio escrito de los dos años que pasó en lo alto de la secuoya milenaria, llamada cariñosamente por los activistas Luna, para preservarla de la tala.
Las industrias madereras hace mucho que "roban al futuro" talando los bosques de forma masiva e insostenible, impasibles ante el proceso que sus actos desencadenan. Si se deja a una colina sin árboles, la fuerza de la lluvia arrasa todo a su paso porque no queda nada para sujetar el suelo y las rocas. Además, al modificar el hábitat, muchas de las especies podrían llegar a extinguirse. Y, puesto que las sanciones que se les impone a estas empresas son ridículas con respecto a las ganancias que perciben, les es mucho más rentable violar las leyes que respetarlas. Pacific Lumber es una de estas empresas madereras, a la que desafió Julia hasta conseguir su propósito: preservar su secuoya y todos los árboles que se encuentran en un radio de 60 metros a la redonda.

La batalla que libró Julia Butterfly desde lo alto de la secuoya no fue, sin embargo, una batalla en solitario. A pesar de que llegó a estar en desacuerdo con los miembros de la organización ecologista con la que colaboraba, éstos se encargaron de suministrarle comida y todo lo necesario para subsistir. Poco a poco Julia fue ganándose la simpatía de muchas personas: desde famosos como Bonny Raitt, Joan Báez o Woody Harrelson, que subieron a Luna a visitarla, hasta algunos de los leñadores que acabaron tomando conciencia de su lucha.

Julia Butterfly, desde la secuoya Luna, atendió a los medios de comunicación, que la empezaron a tomar en serio a medida que transcurrían los meses. Para ello, hizo uso de cargadores de batería de teléfono móvil que funcionan con paneles solares. Un ejemplo de que la tecnología alternativa no sólo es posible, sino también muy útil en situaciones extremas.

Recorriendo las páginas de El legado de Luna uno toma conciencia de la fortaleza física que puede proporcionar el reto de conseguir los propios ideales.Julia Butterfly Hill sigue insistiendo hoy día, desde su Fundación Circle of Life, en que una sola persona puede cambiar las cosas, aunque para ello deba vivir en un árbol.
Luna es una de las milenarias secuoyas del bosque de la ciudad de Stanford en California. A finales de 1997 la Pacific Lumber Company irrumpió en la arboleda de 60 mil hectáreas para iniciar la deforestación de uno de los ecosistemas más importantes de la zona. Julia Butterfly Hill, una activista de 23 años, decidió interrumpir lo inevitable y encaramándose al árbol impidió la inminente tala. Pasó 738 días entre sus ramas y sin poner un solo pie en tierra obligó a la compañía maderera, tras durísimas negociaciones, a indultar el árbol y a todos sus hermanos cercanos. “Nadie tiene derecho a robar al futuro para conseguir beneficios rápidos en el presente. Hay que saber cuándo tenemos suficiente…” Julia Butterfly Hill en su libro “El legado de Luna”.

La vida en el árbol fue muy dura y cambió por completo a Julia. La idea era estar dos semanas hasta el relevo de un compañero. Pero éste nunca se produjo. Un pequeño equipo le suministraba con cuerdas y poleas los víveres necesarios para la travesía, incluyendo unos pequeños paneles solares para cargar el móvil con el que organizaba las entrevistas, captar adeptos para la causa o incluso hablar en directo con el senado norteamericano. Su pequeño hogar, a 50 metros de altura, consistía en una plataforma de 3 metros cuadrados cubierta por una lona impermeable, un pequeño hornillo, un cubo con una bolsa hermética para hacer sus necesidades y una esponja con la que recogía el agua de lluvia o nieve para lavarse.
-“[…] Sí, la Pacific Lumber comenzó entonces a talar árboles a mi alrededor. Aparecieron helicópteros que me echaban chorros de agua. Quemaron los bosques durante seis días, el humo destrozó mis ojos y mi garganta, y me llené de ampollas. Luego montaron guardias día y noche para que no me pudieran suministrar comida. Acabe amargada, chillando, dando golpes, al borde de la locura. […] Para consolarme pensaba en las familias de Stanford que a causa de la tala del bosque se inundaron y se quedaron sin casa… “ Julia Butterfly Hill . Entrevista para ‘La vanguardia’ Extracto del documental “Luna” (imágenes reales de la aventura). Earth Films
Pero lo peor estaba por llegar. En el invierno de 1998 una impresionante tormenta de más de dos semanas estuvo a punto de separar a Julia de Luna. Vientos racheados acabaron con la lona y empujaron a Julia hacia el vacío. Abrazada a la secuoya y próxima a la rendición, escuchó “la voz de la luna” recordándole que “sólo las ramas que son rígidas se rompen”. Abandonó entonces el apoyo estable para agarrar la inmadurez y flexibilidad de las verdes ramas más jóvenes que fueron las que, a la postre, resistieron el envite y con ello salvaron la vida de Julia.
Salvar esa tormenta supuso un cambio de actitud. Julia se deshizo del arnés y de los zapatos y se fundió con su entorno alcanzando su apogeo espiritual. No iba a volver a vivir con miedo. Una importante dolencia de origen vírico en los riñones la encaró de manera simbiótica, medicándose con extractos de plantas cercanas suministradas por su equipo. Conocía cada insecto, cada rincón de Luna y esto le permitió encarar con certeza y ventaja psicológica la negociación con los deforestadores que dejaron por entonces de llamarla “eco-terrorista”.
El tiempo fortaleció la imagen activista de Julia y poco a poco fue ganándose el respeto y los apoyos de muchas organizaciones ecologistas y de los medios. El desfile de famosos que subieron al árbol a visitarla (Bonnie Raitt, Joan Báez o Woody Harrelson) fue tan grande como el impacto mediático del desafío.

El 18 de diciembre de 1999 Julia descendió de Luna con las manos verdes del musgo y los pies encallecidos, en medio de una gran ceremonia. Culminó con éxito las negociaciones con la maderera quién se comprometió no sólo a respetar a Luna y todos los árboles cercanos en un radio de 60 metros, sino a incluir una política medioambiental en todos sus futuros trabajos.

La exitosa empresa de Julia ha ayudado a prestigiar a toda una generación olvidada para el activismo verde tan de moda en los 60’s. La fortaleza física y mental que puede proporcionar el reto de conseguir los propios ideales debe ser ejemplarizante y suficiente para desenmascarar otras actitudes de pancarta y cacerola tan incoherentes como egoístamente confortables.





No hay comentarios: