Efigies de la existencia.
Jeroglíficos oscuros que se arrastran
Por los pétalos de una flor
Remotos prisioneros de la mesura
A través
De una trepanación conspirativa
De términos arcaicos.
Cayeron las babas de Dios
Ahí creció la mente genocida
Efigies de la existencia
Cayeron y me escupieron en la cara
Su sulfato
Y brindaron sin querer
Nuevas proporciones para la verdad…
¡Al suelo con todo!
No soporto más
De las supuestas malas palabras
Promesas para un paraíso rodeado de fronteras.
Quién tiene la fórmula mágica
Para que la mosquita sea eterna
La muerte no tiene patrón… pero
Solo vive ella en la mente de un enfermo
Un brutal asesino que creyó…
Pertenecer a una orden secreta de Dios.
Me dedico mejor
A balbucear incongruencias
Con los fracturados tarsos de las letras…
El incivilizado de las dimensiones del infierno
Que estampa a los ángeles…
Por lo diablos que son.
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