Silencios de amor

Las paredes de este momento

Las que me detienen

Para sacarte para siempre

A ti de mí mente…

Maldita piel de bella

Mujer de mi utopía

Éxtasis de la debilidad

Que no puedo escupir de mi boca.

Ahora preparando para el viaje

En la estación del tren... donde las horas

No existen… pero tampoco fallecen

Aquí justo aquí

En la eternidad que esclavizó al tiempo

En los rieles de metal... 

cada estación

De un futuro desconocido... 

Que aproxima y en el mismo instante se va

Al no tener más que pasión...

Compasión la despedida... 

voy sintiendo los rumbos

Derrotado por mí sueño...

Sin caretas yo más despierto

Y son muchos rostros que me miran 

Cuando me miro en el roto espejo

Atrapado ingrato de los tiempos... y yo aquí

Aquí el sueño con sus genitales jóvenes

Que me torturan… y me cuelgan

En una sombra huidiza

Que no puede escapar de ningún cuerpo…

Cuando yo me despellejo

Y el amor lanza... supuse

Lengüetazos del infierno

Así es... siento que la carne es más ardiente 

Y calcina … y el ego murmulla de su orgullo...

En la muerte quizás el premio

Un sendero y un alivio sereno 

Más yo rebelo

Me esperan dos rieles que llegan sin orgullo

Y mil caminos soberbios... que se extienden 

En la vanidad de las espinas jóvenes y verdes 

Y cuelgan peligrosas 

En los frutos que maduran a su lado 

Y son agridulces profecías que nunca desearon

Tener síntomas de infancia. 

Todo está en desequilibrio... más no importa

Yo él frustrado... en la banca sincero espero

Miro que el consuelo es un ingrato

Igual si viene y me consuela... listo 

Mi cuerpo... es un tirar más leña al fuego

En esta imposibilidad 

Las piedras son tiempo pasible... ahora 

Mucho más mi ser te extraña

Mucho más ayer... ahora la alucinación son flamas frías

Mucho más mi ser te extraña

Mucho más ayer ahora !la alucinación son flamas frías!

Es cielo que llora ¿o soy yo en sus lágrimas?  ¡qué importa! 

Se las comen blancas palomas en el suelo

Así es en la ceguera que arrastra el cuerpo

El amor sublime... en verdad parece un viento y un río 
Lo siento que fluye y en todas las sustancias es maldito.

El tiempo no me escurre de sus manos

Cada segundo es un río sin su mar 

Mientras trata de cobijar el dolor con su llovizna

Cada pensamiento al pensar en ti

Una idea fija en este mar sin río sin final 

Cayendo gota a gota desde el cielo.

El tiempo ahoga en lo que no existe

Pero existe y es un verso

Aquí rebuscando besos podridos

O tu abrazo de fuego malévolo

Aquí buscando a Dios sin íntimos

En todas las entrañas de su comprensión

La memoria busca

El paño negro entre los sueños... más

Lo que es atrás... Ya no se borra 

No sé quién llora en el más tarde

Y lo que se borró de las mejillas retorna

No sé quién llora en el más tarde

No soy yo es el cielo que llora 

Pues mi nombre fue ahora

Yo soy el rey Midas y... 

Ayer y ahora tuve mil vasallos 

Que cayeron como una poesía... 

Y todo lo que toqué se convirtió

En el oro... para la codicia de los malditos

Que sin querer me tocan 

Se recuerdan se rechazan o se disfrutan.

Así recordé como fue la anterior noche

Allí prostituido Dios en el escenario

Detrás de la cortina plástica

Donde él... en él yo de su parte

Escondió su vómito abominable

Después de las desequilibradas salidas

Que ocurrieron ayer… a la medianoche

Desmande perdición

Óbolos que todos pagan... todos 

Cuando quieren 

Conocer algo más sobre el olvido

Abren sus cuerpos temblorosos y etílicos 

Y todos se consuelan con la misma 

Baboseada botella 

Y hablan obsesionados y hablan de amores 

Que fueron eternos y han muerto 

Aquí en este impune puesto

Con sillas y mesa de madera vieja

En esta taberna con olores de sudor 

Que fue trabajado duramente en el día 

Un olor a las cavernas que se junta y se atraen
Que reúnen a los jóvenes y viejos 
Y todos con las mismas pieles de amores 
Idolatrados, en grandes alabanzas u olvidados

Vanas tertulias entre abrazos o palmadas 
Brindando por los sueños de amores nuevos 
o viejos... retazo olvidado... esto fue la taberna 

Un alumbrado espacio por una vela de sebo 
Y docenas de botellas tolerando baboseadas.  

Aquí en medio de grandes alucinaciones 

Me cago en tu juramento 

Repito al medio de los balbuceos de otros

Repito al haber dicho tú en tu sueño... te amo

Años atrás… amarás eternamente

Maldita piel de bella

Mujer de mi utopía.

Así es cuando uno 

Tiene alas muy cortas y vuela

Estás son... fueron

Las alas más pesadas que el plomo 

Cuando ahora ya hago mi propio vuelo desplumando 

A los ángeles de mi silencio

Y esto es lo que fui en las altas horas de la noche 

Bajo garabato... dibujando etílicos 

Te das cuenta… el pensamiento

En un atrio de tristeza…

Es el prisma de un Dios descompuesto…

Sin encontrarse él a si mismo

Soñó en nosotros... tropezando 

Aquí... y fue así... después 

Despertó él... de todos sus sueños...

Más ahora, ya no es ayer y estoy sentado 

Despierto de las aventuras insatisfechas de los hombres 

Y miro tan sólo cientos de imparables rieles

Que parece que brillarán un poquito más 

En el ahora 

Pobres diablos obligadas quizás por otros

Igual que yo a un injusto destino de seguir su camino de rieles.

Era la hora de partir 

Mientras que mis ojos fueron los túneles

Que confundían al silencio... más no había remedio 

Si lo hablado era algo crudo que golpeó la obsesión de mi cerebro.

El aire de pronto fue un gran bullicio... 

Viajeros dispuestos para la partida

Como yo haciendo en mi despedida 

Yo entendí... cada uno de ellos 

Eran desconocidos... como yo para ellos... pero 

Cargan también de lo mío 

En la profundidad de su yo... lo de ellos

Vamos todos, porque al final todo es una partida

Aunque lo que nos espera serán nuevos amores.

El amor un trébol creciente 

Y cada una de sus historias... un sol poniente 

En cientos de lenguas diferentes

Los mismos secretos... que cada uno...

Obsesionados o no... hasta enmudecer 

Hablaron... y en delirio marginal... lo sienten

Más los pies se obligan y caminan

Cada quien para cada cual 

Con un número y en su puesto

El silencio... la espada salomónica 

Que nos parte en dos... ahora nos deja crecer 

En el abanico de sus ecos...

Pero mejor que guardemos algo 

En el tesoro sagrado del silencio

Paso a paso... aquí esculturan 

Viva lágrima los olvidados que aún no se ha llevado el tiempo

Los mundos paralelos del eco

Fluyen por aquellas venas

En millones de dimensiones... simultáneamente

Escuchemos y demos paso al último grito 

No hablaremos más de eso 

Todo es tan sutil y todo es tan ajeno y extraño 

Pues todas las lejanías nos unirán en las quebradas

Bien guardadas en el pecho 

Callemos y en silencio echemos el último grito 

Y este nos hará callar para siempre

pues algo habrá, y jamás dejaremos de amar  

Todo es diferente... más la búsqueda es

Siempre la misma

A ti de mí mente…

Maldita piel de bella

Mujer de mi utopía

Éxtasis de mi debilidad...

Yo entendí que el horizonte es la mejor despedida...

Parto al desconocido mundo del sueño 

porque ahora es la hora de morir y amar

El sueño nos espera como un padre al niño 

Que por un momento es un huérfano 

Que no quiere integrar a su ser 

 Y dejó de ser un su bello paisaje... 

El vapor me indica que la máquina aproxima 

En aquella estación dejé mi maleta 

Junto a esta... mis antropófagos andrajos

Subí al tren... eran los cinco minutos

Antes de las doce... el supuesto tiempo acabó 

Y partí... el horizonte me espera

Soy tierra, agua, viento, fuego... baje la guardia

Me siento feliz 

El horizonte me espera… en realidad, nunca la realidad

nos engaña, continua sin parar… ahora

Prefiero no ser nada en su reloj de arena.